sábado, 3 de abril de 2010

Un paso para la paz con Dios



Un paso para la paz con Dios.

Hermanas, hermanos, lo primero que queremos
escribir y que sepan es que nosotros somos tan
pecadores como todos ustedes, por eso sabemos
de lo que hablamos.

Queremos cambiar y hacer que muchos cambien, porqué es la hora de despertar al bien. Así que comenzaremos por decir que lo principal para cambiar es AMAR A DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS. Luego debemos saber que él nos regaló este planeta y que es nuestra casa y debemos cuidarlo ya que del planeta sacamos todos nuestros recursos para sobrevivir. También, debemos saber que el nos dió la vida y debemos respetarla, amar a nuestro prójimo es importante y con esto cumpliremos con la mayoría de los mandamientos que el Señor nos dejó.

Ahora, ¿Que más hacer por Dios? Una de las cosas más importantes es amarnos a nosotros mismos, y disfrutar de la vida sea cual sea que nos haya tocado. Es la voluntad de Dios y tiene un propósito, quien más que él para saber lo que nos conviene; recuerda que quien es humillado será ensalzado en la Gloria del Señor. Pedir perdón a Dios por nuestros pecados es de mayor importancia, pero antes tienes que perdonar a los que te han hecho daño. Si dejáramos de mentir se solucionarían miles de problemas, ya que la mayoría de nuestras guerras son a raiz de una mentira.

Luego, debemos educarnos espiritualmente, no quedarnos con una sola opinión, si no, indagar y comprobar la verdad (esta última solo viene del corazón). Saber que las religiones no son perfectas, que es mejor respetar y enfocarte solo en Dios y en su hijo Jesús. Educándote a ti mismo, educarías a tus hijos que son el futuro del mundo y así se preservaría la humanidad, podríamos no acabar con la vida en este planeta y lograríamos salvar muchas más almas para la Gloria de nuestro Creador. El amor debería regir al mundo y está en nuestras manos lograrlo.

Hay que saber también que Dios no tiene la culpa de lo malo que nos pasa, somos nosotros que atraemos el mal o simplemente debemos aprender de ello. Dios nos da las fuerzas para pasar las adversidades, Dios es nuestro Padre y un Padre siempre ama a sus hijos, no importa lo que ellos hagan. Y en nuestras alegrías, debemos aprender a darle gracias a DIOS.

Debemos tener mucha fe, pero la fe sin obras es vacía, por eso debemos obrar con la fuerza de Dios. Acepta las opiniones de los demás y no discutas ante las groserías, pues las estarías recibiendo y serían tuyas, pero si ignoras el mal que te dan, ese mal se queda con el emisor.

También deberíamos meditar o estar en silencio y a solas por lo menos 10 o 20 minutos cada vez que lo necesites, así encontraríamos las respuestas que tanto buscamos en Dios. Rezar es repetir algo que nos dejaron nuestros Padres; Orar es hablar con Dios, las oraciones llegan más a Dios cuando las hacemos de corazón, un “Padre Nuestro”, debe ser orado no rezado, es decir, debemos entender y sentir lo que le decimos o exclamamos a Nuestro Señor, cuando digas: “Padre Nuestro”…
Siente que es tu Padre, no lo digas vacio o por repetirlo, porque entonces no llegará a Dios, cuando digas: “perdona nuestras ofensas así como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”... Perdona de verdad, y así estarás bien y podrás ser perdonado(a). Toma tu tiempo para orar, que esto es también muy importante. Tenemos que enfocarnos en una mente positiva, así atraeremos lo bueno ya que la mente es poderosa, debemos ser pacientes pues nuestras oportunidades llegaran; hay que alimentarnos bien y así estaremos fuertes para luchar contra el mal; seamos humildes y aceptemos de corazón que Dios aprieta pero no ahorca.

Si, hay muchos que somos de bajos recursos y si es así, hay que ser felices pues en el paraiso seremos ricos de Dios. No hay que ser ni rico, ni pobre, ni blanco ni negro para que Dios nos ame y para cumplirle y para ser perdonados y aceptados. Si somos ricos, demos lo que podamos a los que necesitan, y Dios nos multiplicará todo, si somos pobres ayudemos a los demás y aceptemos lo que nos den, y seamos felices por lo que tenemos ya que fué logrado por el sudor de nuestras frentes, pues eso Dios lo valora.

Y por último, debemos aprender a entender que todos somos uno, somos iguales entre grandes diferencias pues todos somos hijos de Dios.



Si Dios no existiera...........entonces tú tampoco.